Bueno, obviamente tengo una obsesión con los gatos. Pero además me vengo a topar con cosas como ésta y digo “¡por dios hay que intentarlo en casa!” (a sabiendas de que el mío no deja rehén en el plato).













En otras noticias, todo bien. Como se imaginan mi escasez de blogueo está directamente relacionada con mi aumento en el trabajo. Pero buee… crucen los dedos para que algo resulte y mi felino y yo tengamos una vida de lujos y atún no-de-lata.
Dale, crucen que soy buena persona y convido cuando tengo!!
Hablando de eso, otra obsesión del momento son las sopas ramen maruchan. Me gustan desde el nombre, aunque Internet dice que me puedo morir por comerlas (gracias al amigo glutamatomonosodico, como el que una vez intoxicó a mi madre y a mi abuela dejándome a los 4 años como el adulto responsable en la casa, pero eso es otra historia). Ahh +profundo suspiro de bonanza prometida* si solo tuvieran animés o ilustraciones coreanitas en la bolsa (yo como las de bolsa que se hacen igual: agua caliente sobre sopa de bolsa en taper y cuestan la mitad)…
Debo–ir-comprar-maruuuuchannn
*PS: he vuelto y me como el ramen de hongos mientras veo lucky star KAWAII!